Muchos estamos acostumbrados a vivir una vida a base de lo que los demás
quieran ver de nosotros. Trabajamos arduamente por un futuro incierto que quizás
no nos haga felices del todo. Todo por un reconocimiento que se disfraza de
meta satisfactoria, pero que en realidad es un ciclo indefinido de
desmotivaciones.
La vida del hacker es, sin lugar a dudas, el ejemplo de vida más propicio
que cualquier persona debe tener, pero estamos tan concentrados con la idea
global de que el dinero mueve el mundo, que ya el trabajo solo se ha convertido
en trabajo forzoso y no en algo que puedes amar y hacer a la vez.
Quizás estés leyendo esto y te preguntes: ¿Qué tiene que ver un hacker con
todo esto? Pues te explico mi buen amigo o amiga que tomo como ejemplo la vida
del hacker porque es una persona altamente cualificada en cuanto a
conocimientos informáticos y cuya principal motivación es el entusiasmo y la
pasión que le produce crear, descubrir o desarrollar nuevas tecnologías. Es
decir, no es una persona que anda por ahí utilizando sus conocimientos informáticos
solo para generar fortuna, sino alguien que disfruta hacer lo que hace y a
cambio de eso puede que a veces consiga dinero, pero le es más importante la satisfacción
que le genera hacerlo.
Según Pekka Himanen, en su libro: “La ética del hacker y el espíritu de la
era de la información”, un hacker es un experto apasionado, por lo que cualquier
persona, de cualquier área del conocimiento puede ser un hacker.
Cuando hacemos algo que no nos gusta a veces lo hacemos de forma rápida y
sin precauciones para salir de ese tormento. Me imagino que una persona que
trabaja solo para trabajar debe vivir una vida terrorífica. Sé que la situación
económica de cualquier persona es importante para su subsistencia, pero en mi opinión
es más preferible comer migajas de pan y trabajar con pasión y por pasión.
-Paola Rosario Peña (1074713).
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