Ser sujeto de
rendimiento puede parecer la cosa más práctica que existe para desenvolverse en
la sociedad, pero, ¿será esto beneficioso para nuestra salud?
Un sujeto de
rendimiento está constantemente en busca de su mejoría personal. Este, a
diferencia del sujeto disciplinario, es dueño de sí mismo y aunque puede sonar
como libertad, no lo es. Está tan enfocado en sus objetivos que da todo de sí y
por lo tanto busca conseguirlo a toda costa hasta el punto de llegar a estar neuróticamente enfermo.
El sujeto de rendimiento
es una maquina inagotable de trabajo, por lo que utiliza una técnica de administración
de tiempo y atención (multitasking) para poder completar todas sus expectativas.
Sin embargo, esta técnica no es de una sociedad civilizada, al contrario, es de
una sociedad salvaje y mecánica, donde el ser humano ha de ocuparse de muchas cosas a la vez y se olvida completamente de sus
necesidades básicas.
Ocuparse de muchas
cosas a la vez, no es para nada sano. Una persona que utiliza esta técnica se
consume y se vuelve esclava de sí misma. Por lo general, quien utiliza este
mecanismo no se concentra lo suficiente en una sola cosa pensando como solucionaría
lo otro. De esta forma, no solo se vuelve neurótico y ansioso, sino que también
vive estresado y angustiado.
Para algunos, vivir
en constante trabajo, como sujeto de rendimiento, puede parecer el camino más fácil
hacia la felicidad. Sin embargo, aunque la felicidad es relativa, llegar a ser
feliz por este medio no lo considero apropiado, debido a que como seres humanos
que somos debemos aprender a encontrar un balance de las cosas y disfrutar en
el trayecto cada simple movimiento que hagamos.
-Paola Rosario Peña
(1074713).
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