Estamos viviendo en una época donde el trabajo ya no es solo una
herramienta para cubrir nuestras necesidades básicas. Hoy trabajamos para
complacer caprichos que el mercado nos ofrece.
La necesidad del progreso nos lleva a
esforzarnos quizás más de la cuenta, ya que estamos en una sociedad donde las
personas somos clasificadas según la cantidad
de dinero que tengamos y no las cosas que podamos ofrecer. Por tal razón, nos
dedicamos a malgastar lo que nos matamos horas y horas construyendo (tiempo,
dinero y esfuerzo), cumpliendo caprichos fugaces e innecesarios para poder demostrar al
mundo de forma física nuestro “progreso”.
Y entonces he aquí la pregunta más irónica y frecuente estos días: ¿Por qué
existe la pobreza? Creo firmemente que la pobreza existe no solo por la malversación
de fondos de muchos funcionarios, ni por la escases de recursos que hay en países
como Nigeria, sino por la ignorancia o ceguera en la que vivimos gracias al
exagerado poderío e importancia que se le otorga al dinero y como este nos hace
vivir de las apariencias.
No creo que la pobreza sea un estado económico solamente. Creo que la
pobreza viene siendo más un estado mental donde la persona es esclava de sus
impulsos por querer aparentar algo que no es, cuando aquella persona que es “rica”,
la mayoría de veces, ni se molesta por demostrar
su riqueza y viven más bien de manera humilde y tranquila.
Personas adineradas como el difunto Steve Jobs y Mark Zuckerberg son
personas que tienen dinero para presumir y sin embargo no lo hacen. Se les
puede ver como personas comunes y corrientes que incluso visten igual, y no de
manera ostentosa, cada vez que se les ve en alguna que otra entrevista. Son un
ejemplo bien claro que debemos seguir de que las apariencias no lo son todo y
que, de alguna forma u otra, lo material que tengas no te define como ser
humano, ni define qué cosas puedes aportar a la humanidad.
-Paola Rosario Peña (1074713).
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