domingo, 1 de octubre de 2017

Esclavos del consumismo.

En la actualidad nadie se salva de lo que es el consumismo. Este se propaga rápidamente como un virus infeccioso por las mentes de los seres humanos.

Según Zygmunt Bauman, sociólogo, filósofo y ensayista polaco de origen judío, “el consumismo promete algo que no puede cumplir: la felicidad universal. Y pretende resolver el problema de la libertad reduciéndolo a la libertad del consumidor.” Que, si analizamos desde  un punto de vista objetivo, nos hace esclavos, no felices y mucho menos libres.

Hay personas que creen encontrar la felicidad en el consumismo. Sin embargo, no están conscientes de que dicha felicidad no es una felicidad sólida, es decir, es una felicidad que con el paso del tiempo se desvanece al darnos cuenta de que cada vez nos surgirán más necesidades que debemos resolver consumiendo, por lo que se vuelve un hábito para aquellos que se lo pueden permitir y una gran decepción para aquellos que apenas pueden costearse las necesidades básicas, como son la alimentación, un techo para dormir y la vestimenta.

Para ser más justa, el problema no es consumir, sino la manera en que lo hacemos. El problema radica cuando nos desesperamos al ver que salió el último celular de apple o cualquier otro producto en tendencia y creamos una necesidad que no tenemos. En estos casos no nos hacemos la típica pregunta si lo queremos o si lo necesitamos, sino de cómo seremos vistos por los demás y cómo, de alguna manera, seremos igual que ellos.

El hombre ya no es libre, quiera o no es esclavo de los que lo rodean y ya no sabe siquiera pensar por sí solo. Para el , el mundo gira entorno  a opiniones y no a verdaderas necesidades o lo que realmente importa y llena el alma. Las emociones puras hace tiempo que quedaron en el olvido.


-Paola Rosario Peña
(1074713).

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