La ÉTICA HACKER supone un cambio de paradigma. Comienza con un prólogo
de Linus Torvalda en el que nos explica porqué el hacker es como es: La Ley de Linus establece que todas nuestras motivaciones se pueden agrupar
en 3 categorías básicas por este orden (“supervivencia”, “vida social” y
“entretenimiento”).
Para él, un hacker es una persona que ha dejado de utilizar el ordenador
para sobrevivir y ha pasado a los dos estadíos siguientes, vida social y
entretenimiento. Así llega a crearse algo como el sistema Linux, sus partícipes
lo encuentran muy interesante y les gusta compartir eso tan interesante con los
demás.
Se considera al hacker como
un EXPERTO APASIONADO, pero si la denominación “Experto” pudiera parecer
peyorativa, Charles Leadbeater en su libro WE-THINK habla
de los AMATEURS PROFESIONALES “Los Pro-am están aquí para quedarse, al mismo
tiempo que gradualmente, van transformando muchas realidades profesionales que
ahora damos por sentadas”
En contra de la creencia generalizada, el HACKER NO
ES UN PIRATA INFORMÁTICO sino un curioso innato pero sin
intenciones de producir daño y además no sólo existen hackers en el ámbito de
la informática, también pueden haber hackers del fútbol, de la música, de la
abogacía o de la medicina.
Otro tipo de personas son los CRAKER, aquellos quienes
adoptan por negocio la reproducción, apropiación o acaparación y distribución,
con fines lucrativos, y a gran escala, del software desarrollado por otros, sin
aportar a este una mejora, ni un beneficio a la comunidad. Quienes, por otro
lado, se dedican a alterar la información y realizar ataques a otros sistemas
con una finalidad dañina o destructiva.
En el Capítulo 1º titulado “La ética hacker del Trabajo”
explica como para un hacker programar representa una actividad interesante,
emocionante y gozosa. Eric Raymond, un destacado defensor de la cultura hacker,
no duda en utilizar la palabra pasión, para denominar la tercera categoría de
la Ley de Linus. El precedente de la “ética hacker del trabajo” se encuentra en
la Academia de Platón.
Seguidamente, nos habla del concepto "etica protestante del tranajo ” que tiene su origen en el
famoso ensayo de Max Weber titulado “La ética protestante y el espíritu
del capitalismo” donde el trabajo debe ser considerado un fin en si mismo, un
deber y uno debe realizar su parte lo mejor posible. El precedente de la “ética
protestante del trabajo” se encuentra en las reglas monásticas.
raydi reinoso 1076471
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