En el capítulo 1 y 2 del libro " la cultura del nuevo capitalismo" se basa en como el país vive bajo la desigualdad entres los trabajadores de bajo recurso y los de alto recurso.
El
primer capítulo nos hablas sobre el capitalismo social que es un orden o
sistema social y económico que deriva del usufructo de la propiedad
privada sobre el capital como herramienta de producción, que se
encuentra mayormente constituido por relaciones empresariales vinculadas a las
actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones laborales tanto
autónomas como asalariadas subordinadas a fines mercantiles.
En el
capitalismo, los individuos, y las empresas usualmente representadas por los mismos, llevan a
cabo la producción de bienes y servicios en forma privada e independiente,
dependiendo así de un mercado de consumo para
la obtención de recursos.
El capitalismo no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.La forma en
la cual se desarrollo el capitalismo fue desigual, no sólo de un país a otro,
sino de una industria a otra. Marx pone de manifiesto en "El Capital” que
no todas las industrias realizaron la transición de la artesanía a la manufactura
y de esta a la industrialización (“manufactura”) al mismo tiempo.
En el segundo capítulo nos habla sobre el fantasma de la inutilidad esto
es un argumento utilizado por Sennett, para explicar
cómo en las sociedades de las habilidades, los temores a estar de más o
quedarse atrás se relacionan con el talento.
Este
temor no es nuevo, se ha ido gestando en las transformaciones ocurridas en las
sociedades tradicionales y modernas, en años previos a la revolución
industrial. Pero en las economías globales, ese temor adquiere nuevos matices
que interesa explorar, al menos para que el fantasma cobre cuerpo. Tres son las
fuerzas que a juicio de Sennett conforman este temor. La globalización de la
fuerza del trabajo, las tecnologías y la edad o el envejecimiento. Es posible
que alguna de estas fuerzas no afecten a nuestra situación particular, pero
juntas explican mucho de lo que directa o indirectamente tememos.
También
hace referencia al hecho de que la economía global busca salarios bajos y
trabajadores que ahora están altamente cualificados y preparados en cualquier parte
del mundo. Muchos trabajadores, sin saberlo, compiten con sus pares situados a
miles de kilómetros y han de afrontar el hecho de no ser tan necesarios en un
mercado global que busca talento barato.
Que
la tecnología ha cambiado la naturaleza del proceso productivo es algo que no
se esperaba cuando aparecieron las primeras máquinas. La tecnología nos
proporciona un valor mucho mayor que lo que podría conseguirse sin ella y hemos
de afrontar la pérdida de empleos en todos los sectores de la economía. El
problema aún no resuelto no tiene que ver con la tecnología, sino con la manera
en que organizamos, repartimos y potenciamos el trabajo humano que no se
reduce, ni debería reducirse al de empleo remunerado.
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