viernes, 18 de agosto de 2017

La cultura del nuevo capitalismo



En el capítulo 1 y 2 del libro " la cultura del nuevo capitalismo" se basa en como el país vive bajo la desigualdad entres los trabajadores de bajo recurso y los de alto recurso.

 

El primer capítulo nos hablas sobre el capitalismo social que es un orden o sistema social y económico que deriva del usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción, que se encuentra mayormente constituido por relaciones empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones laborales tanto autónomas como asalariadas subordinadas a fines mercantiles.
En el capitalismo, los individuos, y las empresas usualmente representadas por los mismos, llevan a cabo la producción de bienes y servicios en forma privada e independiente, dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención de recursos.
El capitalismo  no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.La forma en la cual se desarrollo el capitalismo fue desigual, no sólo de un país a otro, sino de una industria a otra. Marx pone de manifiesto en "El Capital” que no todas las industrias realizaron la transición de la artesanía a la manufactura y de esta a la industrialización (“manufactura”)  al mismo tiempo. 

En el segundo capítulo nos habla sobre el fantasma de la inutilidad esto es un argumento utilizado por Sennett, para explicar cómo en las sociedades de las habilidades, los temores a estar de más o quedarse atrás se relacionan con el talento.

Este temor no es nuevo, se ha ido gestando en las transformaciones ocurridas en las sociedades tradicionales y modernas, en años previos a la revolución industrial. Pero en las economías globales, ese temor adquiere nuevos matices que interesa explorar, al menos para que el fantasma cobre cuerpo. Tres son las fuerzas que a juicio de Sennett conforman este temor. La globalización de la fuerza del trabajo, las tecnologías y la edad o el envejecimiento. Es posible que alguna de estas fuerzas no afecten a nuestra situación particular, pero juntas explican mucho de lo que directa o indirectamente tememos.
También hace referencia al hecho de que la economía global busca salarios bajos y trabajadores que ahora están altamente cualificados y preparados en cualquier parte del mundo. Muchos trabajadores, sin saberlo, compiten con sus pares situados a miles de kilómetros y han de afrontar el hecho de no ser tan necesarios en un mercado global que busca talento barato.
Que la tecnología ha cambiado la naturaleza del proceso productivo es algo que no se esperaba cuando aparecieron las primeras máquinas. La tecnología nos proporciona un valor mucho mayor que lo que podría conseguirse sin ella y hemos de afrontar la pérdida de empleos en todos los sectores de la economía. El problema aún no resuelto no tiene que ver con la tecnología, sino con la manera en que organizamos, repartimos y potenciamos el trabajo humano que no se reduce, ni debería reducirse al de empleo remunerado.

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